En las sombras 6


En las sombras I



2. Lili'uokalani (2/4)



Los segundos siguientes transcurrieron despacio, bajo el yugo del abrumador silencio que la cautela inducía, que el miedo construía. La brisa que se colaba entre los dedos de sus pies traía consigo un sulfuroso aroma, ascendiendo hasta llenar sus cuerpos, cálido al roce, pero gélido al llegar al interior de sus pulmones. Dakota podía sentir esa diferencia de sensaciones, entre el frío que rasgaba su interior y la calidez del brazo que cohibía el impulso que quería hacerla abrir esa puerta.

La sombra de aquellos pies se proyectaba hacia el pasillo por debajo de la puerta, creando tres franjas de luz hacia el interior. Sus respiraciones constantes, sus miradas fijas, sus corazones inquietos.

Dakota alzó lentamente su mano hasta rodear con ella la firme muñeca del chico, deshaciendo la presa que constituía. El chico se volvió hacia ella, reflejando el perfil de su rostro una dureza que no casaba con su voz, con sus expresiones; escondiendo sus ojos el mismo miedo que hacía temblar sus manos. El iris anaranjado pálido, tenso. Aquellos ojos querían decirle algo, pero no podía entenderlo.

"Co-rre", vocalizaron sus finos labios, la cuadrada mandíbula casi haciendo rechinar los dientes.

Pero todo se movió demasiado deprisa entonces, tanto que Dakota no supo en qué momento había llegado hasta la puerta cuando su compañero había tomado la dirección contraria. La sostenía con su espalda, anclados sus pies en la piedra húmeda de los túneles, manteniéndola cerrada. La adrenalina le había otorgado en el primer momento la fuerza suficiente para resistir, pero el resbaladizo suelo no la ayudaría mucho más.

- ¿Qué estás haciendo? - inquirió Dennis, su voz ruda, crispada, pero casi un susurro.

Dakota lo había predicho. Aquélla sería la pregunta que se disiparía en el aire que la separaba de aquel chico, pero no era ésa la que necesitaba una respuesta.

- ¿Qué es ese olor? El azufre, Nashville - un escalofrío recorrió la espalda del joven -. ¿De dónde sale? Porque..., ¿volcanes en Pennsylvania? No me cuadra.

La puerta golpeó con fuerza su espalda, pero la suya seguía siendo mayor que el parco tesón de quien trataba de abrirla. Estaba segura de que Dennis respiraba tan profundamente que podía escucharse al otro lado.

- El... el... - balbuceaba el chico, sus rodillas tocando entonces el suelo -. Tú eres... Dakota... la a... adop... tada.

- Vivía en una casa de acogida. Nadie me adoptó nunca - corrigió, viendo su voz transformada en un reproche adolescente para nada acorde con ella. Pero tenía otros problemas entonces -. ¿Qué te pasa?

Sus pies resbalaban, desequilibrándola, disminuyendo la resistencia que sostenía esa puerta cerrada. Con cada golpe en la madera, su espalda recibía otro, su cabeza otro más, y sus brazos flaqueaban con cada nuevo impacto. Sin embargo, la visión de aquel chico tendido de rodillas en el suelo, con sus manos casi hundidas en la roca húmeda que antes pisaban, bocanada tras bocanada de aire perdiendo la fuerza, la obligaba a exigirse más.

Sus músculos se tensaron una vez más con el siguiente golpe.

- Nashville, tío. Levántante - lo llamaba, pero él seguía perdiendo el aire tan deprisa como ella la paciencia -. ¿Por qué huele a azufre? ¿Qué pasa? ¿Qué te pasa? - su cuerpo tembló de nuevo -. Joder.

El cuerpo de Dennis se sacudió con una tos que le impedía respirar, tratando de mantener el equilibrio sobre sus rodillas, luchando por expulsar unas palabras que de nuevo sus ojos querían expresar.

Dakota golpeó la puerta de madera con todo su cuerpo al recibir ésa un nuevo impacto. Su mano, extendiéndose temblorosa hacia la del chico, quería alcanzarle, sostenerle, liberarle de ese inexplicable dolor repentino.

- Dem... - rugió su áspera voz.

- ¿Qué?, ¿qué dices? ¿Qué está pasando, Nashville?

Seguiría siendo imposible para ella tomar su mano desde la puerta si no daba un paso más. Pero el chico parecía perder la fuerza demasiado deprisa. Su cuerpo se tambaleaba, sus brazos flaqueaban y se doblaban, acercando su rostro enrojecido al suelo.

Quien empujaba la puerta comenzaba a tener más fuerza que ella.

- Son... dem... - la tos astillaba su garganta y hería sus palabras, que como sangre resbalaban entre sus labios y desaparecían en un fino hilo que apenas hacía temblar el silencio.

- ¡No hables más, joder! - la vieja madera de la puerta se clavó en su brazo con el siguiente golpe -. ¡Joder!

- Crash... - sollozó la temblorosa voz de un Dennis de mirada ausente -. Demonios.

Los ojos de Dakota se clavaron en los suyos y la intensidad de la joven pareció golpear al chico, pues cayó desplomado sobre la inerte piedra al sonido de las bisagras siendo arrancadas de la pared.


En las sombras I. 2-Lili'uokalani (2/4) - FIN -



Redactando desde su anhelante rincón,
- Shinju J. J. (06/08/2010), yoroshiku onegai shimasu.

3 comentarios:

  1. tngo mono!!!!!!!!!

    mi madriña kerida!

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  2. Vale, no tengo la menor duda... Dennis es un hombre lobo o algo semejante, no? xDD

    Oye, me esta atrayendo este relato cada vez más, sigue así!!

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