Calla si mientes, vete si sientes


Calla si mientes, vete si sientes



¿Podemos fingir que somos como estrellas en el negro cielo nocturno?




Witney...
... Calla si mientes


Me volví cuando sentí el estruendo. Miles de diminutos cristales se esparcían por el suelo a nuestro alrededor, avanzando en todas direcciones, haciendo estallar también las grietas en nuestras viejas heridas. Aunque todavía sangraban las nuevas. Tus labios gritaban palabras que ya no comprendía, que ya no quería lograr entender. Detrás de tu fiera mirada animal ya no se encontraba la sonrisa que antes guardabas siempre para mí. Porque mentía, decías que mentía si hablaba y me pedías que me callara. Pero ya lo ordenabas.

A oscuras seguías gritando, gritándome, querías que me fuera, que desapareciera y que te devolviese todo cuanto te había robado. Había dejado de entenderte. Si decías que mentía, que el mundo giraba entonces alrededor de mis mentiras, tu vida se había transformado también en una gran farsa. ¿Por qué las extrañas llamadas de madrugada reclamándote a algún lugar que yo desconocía? ¿Por qué coartadas y excusas? Si yo mentía, ¿por qué eras tú quien siempre desaparecía? ¿Por qué me destruía? ¿Por qué no era capaz de gritar yo también?

- ¡¿Por qué te niegas a decir la verdad?! ¡¿Por qué te escondes?!

Tus pies descalzos dejaban un rastro de sangre por cada rincón que pisabas, tiñendo nuestros cimientos del rojo intenso de la vida y la muerte. Yo no era tan fuerte y los sollozos quebraban mi voz.

- Ash... Es porque te...

Entonces paraste de caminar, te volviste hacia mí y la ira en tus ojos fue indescriptible.






Ash...
... Vete si sientes


Dejé de correr detrás de ti cuando te giraste para encararme. Tu mirada decía cosas que ya no querías esconder de mí, verdades que decías que eran mentiras. Pero tus ojos siempre lloraban y era imposible reconocer la realidad en ellos.

Te habías encerrado al otro lado de la puerta, como siempre hacías para retenerme junto a ella, y había suplicado palabras de perdón con la voz más suave que mi ronca garganta me permitía. Porque tu gritabas y yo lo hacía. Te encerrabas y llorabas sobre la cama obligándome a permanecer cerca, apresándome, encerrándome. Pero ya no sería así, pues yo no era tan fuerte.

Cuando tus ojos enfrentaron los míos, la ira que tú habías enfocado antes se antojaba insignificante. Detrás de tus mentiras te escudabas con las que llamabas mías, culpabas mis retrasos y excusabas tus olvidos. Y ahora decías que me marchara, me decías lo que sentía y lo que debía hacer. Lo que tú querías.

- ¡No tienes que quedarte!

El maquillaje que se extendía por tu rostro volvía tus rasgos sombras oscuras. La muerte a la que siempre llamabas en tus canciones bailaba en tus facciones y se reía grotescamente de mi reflejo en tus ojos.

- Witney.

Cuando mis manos alcanzaron tu cuello y la presión fue entornada por ellas, todo se aceleró hasta volverse de un blanco cegador que astilló la crueldad de mi mirada y me empujó lejos de tu débil cuerpo jadeante. Lejos de la herida y del sentimiento.



"I could use a dream or a genie or a wish
to go back to a place much simpler than this.
Cause after [...] all the pandemonium and all the madness
there comes a time where you fade to the blackness.
[...]
I could really use a wish right now". *




(* Pertenece a Jeremy Dussolliet, Justin Franks, Alex Grant, Bobby Ray Simmons y Tim Sommers)

Redactando desde su aéreo rincón,
- Shinju J. J. (05/01/2011), yoroshiku onegai shimasu.

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