Mis barcos de plomo en tu inmenso mar


Mis barcos de plomo en tu inmenso mar





"I see signs now all the time".*




"¿Recuerdas aquellos barcos de papel, Matters?" - la voz de Clare arañaba la atmósfera cargada del sótano, deshecho su cuerpo sobre el viejo sofá, con los ojos cerrados luchando por sobrevivir al destello de luz que volaba sobre su rostro amoratado. Matt la observaba en silencio desde la silla de cuero gastado que ya no giraba sobre sí misma, arropado entre la oscuridad que le otorgaban las sombras. "Los hacías todo el jodido tiempo, y escribías todas aquellas gilipolleces con rotulador, aunque sabías que el agua las emborronaría". Intentaba alcanzar el vaso con hielo que había sobre la mesa, alargando sus dedos cuanto podía, enviando pequeñas descargas desde las heridas abiertas de sus nudillos hasta su corteza cerebral. "Échame una mano, Matts".

El joven se puso en pie, desvelando su rostro ante una luz que quería encerrarlo de nuevo en la oscuridad. Su pómulo izquierdo estaba hinchado y morado, y su labio inferior surcado por un corte que parecía abierto todavía. Su lengua degustó su propia sangre mientras respiraba profundamente acercándose a la mesa. Exhaló lentamente aflojando la fuerza de sus puños cerrados.

Ella apenas podía verle y se lo agradeció a la luz que astillaba su mirada.

"¿Dónde te metes, Matters? Tienes una pinta horrible". Las cortas carcajadas de Clare se transformaron en una severa tos que hizo crujir el sofá y sus propios pulmones.
Pero pudo ver como la mano de su amigo alcanzaba el vaso que su brazo extendido todavía intentaba atrapar y como lo lanzaba con una rabia insólita contra la pared más cercana, haciéndolo estallar en diminutos pedazos de cristal que reflejaron la pobre luz mientras se dispersaban en todas direcciones.

"¡Que te jodan!", gritó el joven, no encontrando reposo alguno con ello, pero tampoco hallando la reacción que deseaba de ella, aunque sí la que esperaba. "¡¿Qué quieres de mí, Clary?! ¡¿Qué quieres que haga ahora?! ¡¿Quieres que te siga y que recoja tus jodidos pedazos el resto de mi vida?! ¡¿Quieres arrastrarme contigo a esa mierda?! ¡Porque yo no estoy dispuesto! ¡No vas a joderme y olvidarte al día siguiente! ¡No vas a pegarme y olvidarlo al jodido minuto siguiente! Porque yo...", se atragantaban sus palabras entre las lágrimas que ya empezaban a abandonarle. "Yo... no voy a estar aquí para siempre".


Clare se incorporó muy despacio, sin alejar sus ojos de la figura borrosa de su único amigo, que parecía deshacerse ante ella, pidiendo auxilio. No, negando auxilio en realidad.

"Matty... Matty, mírame", ordenaba, pero él no obedecía, porque no quería volver a hacerlo nunca más. "Matty, joder", y la voz lo alcanzó con dos brazos que sostenían con fuerza sus hombros y lo zarandeaban, y arrastraban sus ojos hacia su rostro, obligándolos a centrarse en su degradada figura. "No es necesario ponerse así".

El chico cogió aire con fuerza, mirándola con algo familiarmente cercano al odio en sus ojos, se deshizo de la presa que lo sostenía, la empujó contra el sofá y desapareció tras las escaleras del sótano, fundiéndose con la oscuridad que lo llamaba y lo arropaba.

"Como quieras", murmuró Clare, acomodando su cuerpo al viejo sofá. "Cuando quieras volver, haz tus estúpidos barcos de papel y tíralos al mar". Se deshizo en el abrazo de los ásperos cojines, clavándose la botella de vodka en el costado. "Yo seguiré cargándolos de plomo y viéndolos desaparecer".


- Joder... - bufó Constantine, recuperando el aliento.

Hacía ya tres días que no pegaba ojo. Lo achacaba a su renovada y limpia alma cuando debía excusarse ante Matt, pero sabía de sobra que había algo que la torturaba más que el físico dolor residual que la oscuridad había dejado en ella antes de irse. Corría cada noche, recorriendo el barrio entero, el bosque que lo flanqueaba y lo que quedaba de las ruinas de la antigua ciudad de Nueva York; corría tratando de ahuyentar recuerdos que había desbloqueado para disculpar dieciocho años de cargas, recuerdos que su propia mente, tal vez, había ignorado para protegerla. Corría hasta que se le doblaban las piernas y su cuerpo decía basta.

No sabía dónde debía poner el límite, en qué lugar se encontraba la línea que dividía la autocompasión y la condena que debía cumplir.

Se había disculpado ante los ojos de ardiente rabia de Matt, cavando su propia tumba antes siquiera de volver a necesitarla, tan sólo para poder observarle lanzar tierra sobre su vivo cuerpo, de la misma forma que ella había hecho durante años. Necesitaba recuperar a su amigo, traerle de vuelta al cuerpo que aquel chico le había robado a su sonrisa, a la inocente y perfecta sonrisa de su Matty. Pero no sabía cómo.

Admitiendo sus errores se había acercado a él, pero aquél ya no era el niño al que había dejado solo cuando éste la había abandonado. Quería abrazar a ese niño, sentir su fría piel contra la suya, convertir el hielo de sus labios en parte de ella misma y no soltar esa pequeña mano jamás. Debía luchar hasta encontrarla y tal vez llegar a la profunda oscuridad de la que él la había arrancado para devolverle el corazón.

- Te encontraré, Matty. Lo prometo.


"I see signs now all the time
that you are not dead, you are sleeping.
I believe in anything that brings you back home to me". *








(* Pertenece a Bloc party)


Redactando desde su infranqueable rincón,
- Shinju J. J. (17/01/2011), yoroshiku onegai shimasu.

3 comentarios:

  1. Despiertas en Marco multitud de sentimientos, entre los que está la rabia, porque tiene razón. Nadie está ahí para siempre. Y duele darse cuenta de ello. =/ Brrr me gusta lo de los barquitos de papel y si quieres un análisis, tb puedo decir que la lectura es fluida y amena =) xD pero vamos... como últimamente ;)
    Sigue despertando en mí sentimientos. Vas por el buen camino :D

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  2. Muchas gracias!!!! ^^
    El análisis, aunque no lo parezca, ayuda bastante, porque ahora sé que este estilo es sencillo de leer y no se puede calificar de "lioso" o "aburrido" como otros que tengo :P
    La rabia es un buen sentimiento, bueno y malo al mismo tiempo. Aunque lleva a penasr que has podido vivir algo como esto; alguien que se va. u_u A ver que me sale la próxima vez jeje ;)

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  3. Oh, ¡cómo me gusta la parte en que el chico se levanta! Es muy *acotar palabra apropiada :D* como lo narras, queda tan bonito :3
    Y que pusieras una foto de Freddie, ¡qué amor!
    (sí, lo prometido es deuda y por fin te he firmado hahaha)
    Un beso ♥

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