El perdido colt del 45


El perdido colt del 45

- Jahna


Era el cuarto día de tormenta, tal vez el quinto. El agua descendía en cascada, aullando al deslizarse por la superficie de las ventanas, melancólicamente, arrastrándose por el mismo camino que otras gotas de agua habían tomado antes, en aquella única dirección; hacia el infierno de agua helada que cubría toda la ciudad. Desperté pesando unos diez kilos más, diez más que el día anterior. Los cristales estaban tan empañados que mi cuerpo quería contradecir al reloj que chirriaba sobre la mesilla. Aseguraba que eran las ocho de la mañana y, sin embargo, todavía parecía de noche en mi habitación. Pero nunca era de noche cuando necesitaba dormir.

Los recuerdos de las últimas semanas se mezclaban en mi cabeza desordenados, envueltos en la irregularidad de una nube borrosa repleta de fina lluvia preparada para caer y perderse en cualquier momento. Mi memoria trataba de recomponerse mientras mis ojos buscaban alguna respuesta a las lagunas del día anterior.

No recordaba haber despertado siquiera, pero un rastro de tierra surcaba el suelo desde la puerta hasta mis deportivas, cubiertas por una fina capa de esa misma tierra que había estado húmeda con anterioridad. Ni siquiera recordaba haber salido, aunque mi cuerpo me dijera lo contrario. Al peso se había unido el dolor al incorporarme, punzante y continuo en cada diminuta fibra de mi sistema. No podía recordarlo, pero la familiar sensación de ver desaparecer mi fuerza al lograr sostenerme sobre mis pies podía darme una pista. No había sucedido nada bueno; nada que quisiera recordar con el estómago vacío.

Todo seguía el mismo patrón que aquella última vez, que aquel último día después.

Arrastrando los pies, sosteniéndome en las paredes y respirando muy lentamente conseguí llegar al baño, marcando un rojo camino a mi paso. Las heridas en mis pies eran una realidad, aunque su causa no pudiera serlo; del mismo modo que lo eran los informes arañazos a lo largo de mis antebrazos, y la sangre escondida bajo mis uñas.

Las paredes estaban frías, sin rastro de humedad; no como debería haber sido, aunque lo ignoraba entonces. La falta de claridad que dominaba mi mente entonces no quería dejarme pensar, ni razonar, ni tan siquiera asociar la realidad con la carente rutina. Mi cabeza no daba vueltas, pero sí lo hacía mi cerebro en su interior, recibiendo con desagrado el eco que el agua chocando contra mi cuerpo traía. Mis párpados descendían por propia voluntad hasta cerrarse, hasta mostrarme el mismo rojo interior que podía ver en el exterior escurriéndose por mi piel, enredándose entre mis dedos y desapareciendo. El estómago se me contraía con cada bocanada de aire que tomaba.

"¡No lo hagas!", gritó una voz en mi cabeza, pero no era mi demencia arrastrándose hacia el exterior tras mis propias palabras, sino un diminuto flashback. "¡No! ¡Para!", suplicaba, mezclada su aguzada voz con un eléctrico destello que cruzaba mi mente casi como si lo hiciese ante mis ojos, astillando mi visión y obligándome a retroceder hasta tropezar con la pared de la bañera. Caer solamente hizo aparecer más sangre y dolor. "¡Hazla parar!", seguía gritando, seguida de la sensación de una ancha sonrisa, torcida; una sonrisa que mostraba los brillantes y afilados dientes a sus ruegos. Pero no podía situarlo en ninguna línea de acontecimientos.

Me había sucedido otras veces. Las lagunas eran parte de mi existencia entonces, provocadas por un descontrol demasiado elevado de mis actos, seguidas por resacas de semanas enteras. Más el precio. Siempre recuperaba la mayoría de los hechos, con el tiempo o con la recopilación de diferentes puntos de vista, pero, en ocasiones, nunca regresaban. Ni siquiera la hipnosis había conseguido traer de vuelta los recuerdos de aquella noche, y lo mismo pasaría con esta. La sensación era la misma. La misma fuerte presión en el pecho, el punzante dolor en la base del cráneo, las mismas consecuencias y las mismas ráfagas de recuerdos sonoros. Y otra vez llovía.

Me incorporé pesadamente tras unos minutos mirando con atención el foco de luz del techo. Solían vaciarse sus rayos de fotones sobre un cuerpo cada mañana. Un cuerpo que allí no estaba. Aunque no lo había advertido hasta entonces.

"Andi". Mis labios se movieron solos, lentamente bailando en el susurro que formó su nombre y que quería hacerlo real y tangible en ese mismo instante. Sin embargo, aunque siempre había querido creer que así sería, ni siquiera la parcial certeza de su muerte podía hacerme recuperar la fuerza que necesitaba. La sangre que cubría el pomo de la puerta del baño ya estaba allí antes de que yo lo hubiese alcanzado al entrar.

Mi cuerpo se arrastró torpemente por el pasillo mientras mi mente trataba de llegar antes. La frustración, movida por el rápido latir de mi corazón, intentaba apoderarse de mí, de lo poco que podía quedarme de cordura. Mi propio cuerpo quería acabar conmigo, deshacerme en un millón de diminutos fragmentos con el fin de no recomponerme jamás. Pero lo peor era que creía que podría lograrlo antes siquiera de llegar a encontrarle.

Había sangre bajo su puerta y había más sobre el pomo. Sin poder evitarlo miré mis manos con algo más que sospecha inundando mi mente. Todavía había manchas rojas bajo mis uñas, y la herida de la palma izquierda había vuelto a sangrar. Mi corazón latió fuerte y lentamente antes de que pudiese abrir la puerta. "¡Hazla parar!", gritó aquella misma voz en mi cabeza justo antes de...

"Mierda", se quebró mi voz, atravesando una garganta tan seca como húmedo mi único aliento. La tétrica penumbra de aquel cuarto de persianas cerradas era tan sólo iluminada por los reflejos anaranjados que las velas esparcían sobre las rojizas manchas de sangre. Una estampa tan habitual que ni siquiera encogía mi estómago a sabiendas de lo que podría haber pasado allí.

No había cuerpo y, en aquel momento, del mismo modo que otras veces, no podía decidir si era bueno o malo. Lo que sí tenía claro era que allí se había vaciado más de uno. La cantidad de sangre que se acumulaba frente a la puerta, todavía húmeda, pertenecía a más de una persona. Pero no podían seguir con vida. Había marcas de arrastre junto a la ventana, signos de pelea por todo el cuarto, y huellas de manos en el marco de la puerta. Tres palmas perfectamente plasmadas que se arrastraban hacia el interior, cada una con un pequeño vacío a la altura del nacimiento del dedo pulgar.

"Mierda...", aspiré, y comenzó la hipertensión que aceleró mi flujo sanguíneo, extendiendo mucho más deprisa la ansiedad hacia cada rincón. Aquella imagen ya era real, tanto como el posible sentimiento de culpa que movió mis pies hasta el otro extremo de la habitación antes de que pudiese decidir hacerlo. La persiana se rompió tras el fuerte tirón con que traté de abrirla, y la ventana crujió cuando la golpeé, pero, al instante siguiente, nada podía preocuparme ya. Había tres cuerpos entre los arbustos que rodeaban el edificio.

Mi cuerpo se movió por propia voluntad, atravesando la ventana hacia el exterior, sin pedir permiso, sin permitir un segundo de duda. La caída no me preocupaba, tan sólo dos pisos me separaban del suelo, pero si el aterrizaje. En mis condiciones la sutileza había quedado aparcada en algún lugar del camino, y mis pies me empujaron hacia la acera al caer. Andi odiaba que lo hiciese, que saltase por las ventanas en lugar de utilizar el camino más seguro. Andi no conocía la eléctrica sensación que te recorría el torrente sanguíneo cuando la adrenalina hacía su trabajo.

Mis pulmones se vaciaron por completo cuando pude ver sus rostros. Ninguno de los tres cadáveres era el suyo. Estaban cubiertos de quemaduras, abrasiones, tajos y profundos agujeros de bala, estaban empapados por la torrencial lluvia, pero sus rostros eran perfectamente reconocibles.

Inconscientemente me llevé la mano a la cadera buscando mi teléfono móvil. Mi desnudez era obvia, tanto como los pálidos ojos sin vida de aquellos tres diablos enjaulados en la tierra. Rebusqué en los bolsillos de aquella escuálida zorra antes de quitarle el abrigo. Su teléfono parecía funcionar a pesar del agua. Marqué y esperé pacientemente a que respondieran.

"Schölermann", la reconocible voz de su alemán portador contestó con la pereza de quien ha sido despertado de un corto sueño.

"Mish, soy Jahna. ¿Te llamé ayer?".

"Técnicamente hoy. A las cuatro". El silencio que siguió le dio la pista que necesitaba para responder a mi pregunta. Siempre había sido suficientemente astuto para su trabajo, pero ligeramente lento. "Citando textualmente, si no recuerdo mal, dijiste: Ilya nos dio por detrás y a Kellen parece que le gusta cada vez más. Cuando le coja, la Interpol le parecerá el jodido Valhalla. Y, después de un disparo, colgaste. ¿Lagunas otra vez?".

"Océanos", ignoré la entrecortada risa, recorriendo el vallado jardín hacia la puerta principal. "Cortés, Savino y Eliza. Sus restos están bajo la ventana de Andi. Que Wenger se ocupe. E inventa algo para los rusos. No hay trato pero no quiero que lo sepan todavía".

"Hecho. ¿Tú que vas a hacer?".

"Encontrar a Andi antes de que Rifkin lo haga".

"Que Dios te ayude, hermana".

"Que no se acerque". Rió, colgué y marqué otro número. Buscando unos pantalones entre el desorden del salón esperé a que contestaran. Mis manos no temblaban ya, no como al principio. Hacía años que la vulnerabilidad se había transformado en indiferencia, que el miedo había dejado su espacio al sadismo y que la moral había desaparecido. Cada día, cada nueva mancha de sangre, cada nueva quemadura de pólvora, cada vida, hacían de mi interior algo más alejado del viejo proyecto de futuro que mis padres habían escrito. El descarriado camino nunca había estado marcado, pero siempre se encontraba frente a mis pies, esperando ser dejado atrás.

"¿Quién habla?". Era la voz que esperaba, anciana e insegura, pero no el tono que deseaba escuchar.

"Tu hija le puso las manos encima", sin embargo, mi voz fue tan ruda como debía esperarse.

"Vaya, vaya. No esperaba una llamada tuya esta mañana".

"Ni yo las lagunas, ni los fiambres, pero no siempre salen las cosas como esperamos".

"¿Dónde está Rifkin?". La seriedad repentina en su voz me decía más de lo que él deseaba expresar. Él perdía la astucia conforme yo ganaba experiencia.

"No sé. ¿Dónde la escondes?".

"Tal vez deberías hablar con Kellen sobre ello".

"Eso me gustaría". Colgué. El viejo resultaba inútil medicado.

Vestida, subí las escaleras hacia el piso superior tan rápido como mis torpes movimientos me permitieron. Todavía sentía el opresor vacío en mi pecho, el dolor de cabeza y la pesadez en cada músculo, pero todo ello había dejado de importar.

En mi cuarto, deshice la cama de un tirón y di la vuelta al colchón. Nunca había sido el lugar más seguro para guardar información privilegiada, pero sí el más cercano. Destapé el agujero rodeado de muelles y elegí la carpeta verde. La caja del viejo colt seguía vacía. Suspiré. Si mis recuerdos no me fallaban, el último caso de lagunas en mi memoria a corto plazo había sido provocado por una nueva droga distribuida por los armenios, diez meses atrás. Si mis recuerdos no me engañaban, sabía perfectamente que dirección debía tomar.



Pronto volvería a teñir mi piel la brillante caricia carmesí de sus vidas.



Continuará...



Redactando desde su proscrito rincón,
- Shinju J. J. (26/10/2010), yoroshiku onegai shimasu.

9 comentarios:

  1. Ostias, tia!!

    Si hasta ahora pensaba que escribías bien... dentro de poco te transformarás en mi ídola... ¡Que bien relatas, cabrona! No se te escapa ni un detalle, ni un sentimiento sin describir, la viveza de los colores... (Te lo volveré a preguntar en otro momento, pero, ¿nunca se te ocurrió escribir un decálogo del escritor.. desde ahora te digo HAZLO porfiiiisss)

    La escena que relatas... me pareció una escena como sacada de alguna película sobre la Mafia o algún thriller policíaco..

    ¿Y esos nombres? Son bastante sugerentes, precisamente, para crear algo detectivesco..

    Estoy en ascuas.. ¿Quienes serán los hijos de puta que entraron en la habitación de Jahna? Y de seguro que no traían buenas intenciones si acabaron todos así... muertos...

    Te diría que continuaras pronto, pero seré benévola... actualiza cuando puedas...

    BESOTES!!

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  2. Esta es mi Shinju.Por aquí vas muy bien encaminada.
    Una pena que queden tantas cosas en el aire.Jo, no puedo decir mas.
    Solo que lo continúes pronto porfa.....

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  3. Hola pitufa! Digoo, Shinju! Acabo de leer tu relato y me ha enganchado. Tengo que decir que me gusta mucho cómo escribes: cómo ambientas, cómo describes, cómo personificas, las metáforas que utilizas...Lo encontré bastante rico en cuanto a recursos literarios:) Sin embargo, debo comentarte algunas cosillas por si las quieres tener en cuenta en futuras redacciones (te lo digo desde la crítica constructiva y con la experiencia de una "experta" en lengua que ha visto pasar cientos de textos por delante de sus ojos).

    1. Intenta utilizar más sinónimos (ya que tienes un léxico bastante rico) y procura no caer en repeticiones o redundancias.

    2. Los diálogos se representan con guión largo, comillas latinas y letra redonda (eso es lo correcto y lo habitual, pero eso no quiere decir que lo que tú haces esté mal porque puede formar parte de tu estilo como escritora y entonces es intocable. Además, pude observar que eres coherente, lo cual es muy importante).

    3. Precisamente porque sé que escribes muy bien, te sugiero que te fijes en las faltas de ortografía (se te coló algún pronombre interrogativo indirecto sin tilde). Estoy segura de que fue un despiste, solo es para que te fijes un poquito más:)

    4. Cometes algún que otro calco del inglés que suena antinatural en español.

    5. Esta es mi valoración personal, dentro de que me gusta mucho tu estilo y el relato en particular, debo decir que lo encuentro un poco americanizado demás en cuanto a nombres propios, expresiones y forma de redactar.

    Si quieres podemos hablar de tus escritos tomando algo un día de estos y espero que publiques la continuación pronto:)

    También espero que no te hayas tomado esta libertad por mi parte a mal. Sabes que lo hago porque te quiero y para que veas que sé ser objetiva.

    Insisto, para lo que necesites, ya sabes dónde encontrarme. Si tienes cualquier duda o lo que sea que quieras comentarme o consultarme, cuenta conmigo.

    P.D. Tienes madera. Sigue en el camino:)

    Besiños!

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  4. Creo que me acabo de enamorar de tu forma de escribir. Que pasada. No tengo palabras para definir todo lo que me ha gustado. Es la primera vez que te leo, pero te aseguro que no sera la última

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  5. Se ve muy interesante, quiero ver como continua ^^

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  6. ASTILLANDO MI VISIÓN!
    simplemente me he enamorado de esa frase
    (sigo xD)

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  7. Vale. Vale. Vale. Vale...
    Vale... que demonios es esto? a veces repites palabras, S, repites PALABRAS! concretamente "entonces" sale muchas veces en poco espacio... (existen los sinónimos, sabes?) y bueno... otras... pero menos destacadas ¬¬! (tono algo sarcástico, cierta jocosidad en mi actitud atacante debido a la escasez de fallos xD)
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    Si dejamos ese GRAN problema de lado (ironía) xD... joder, puede que sea de las mejores cosas que he leído tuyas nunca, porque vale que hagas bien un relatin de 10 líneas, pero aquí... aquí lo mantienes (lo mantendrás cuando llegue al siguiente punto de salvado? LOL. no lo sé xD) la intriga, la narración, al principio no hay diálogos... eso podría hacerlo mas tostón pero no... todo fluye (dice Heraclito xD) y bueno ya, con los diálogos... rápidos, certeros, perfectamente calculados!
    Me gusta, me gusta mucho (no sabes cuanto) ^^
    Voy a seguir, pasito a pasito pero con buena letra (no tan buenas como las tuyas pero ñá)
    =)

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  8. De acuerdo, de acuerdo, lo entieeeeendo. Tendré que revisarlo más veces para perfeccionarlo hasta la perfección perfecta. jajaja (Cosa que no creo ser capaz de hacer xD).
    Pero tienes razón, repito palabras. Mi diccionario de sinónimos no está normalizado y se le caen las hojas. xD
    Gracias, gracias, gracias. ^^ Con lo que me costó sacarlo de mi mollera, yo también creía que era de las mejores cosas que había escrito, más que nada porque el resto son relatos (y una novela que se me está quedando muy ajuvenilizada xD). Pero me alegra mucho que te gustara. :) Igual sólo por eso debería de intentar continuarla de verdad. jajaja

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