A través de los barrotes

(Continuación de "Garras afiladas tiene hambre")

A través de los barrotes
- Jansen


Siempre ganaba la sed de sangre; ese impensable calor en el vientre, contrayendo las tripas y retorciéndolas en busca del dolor que hiciera saltar la última chispa; como el instante anterior a prender la cerilla, cuando la mecha se arrastra y grita en su sabia armonía, creando el fuego que ansía ser liberado. Las náuseas eran cosa de niños.

El demonio de Kyuushuu lo había advertido, y había intentado dominarlo, pero la rabia quemada por ese fuego interior siempre era más fuerte. El demonio había advertido su misma esencia en mis ojos y ya sólo podía dejarla crecer.

Expandía mis pulmones, llenándolos del frío aire invernal que quería calentarse en favor de la inminente tormenta. Mi corazón había decidido no dejar de latir ni un sólo segundo, devorando mis rincones la ardiente sangre que buscaba el cobijo de mi creciente oscuridad. Quería abrir la puerta a la bestia.

Pero algo temblaba entre mis manos y quería hacerme perder el control. Ellery, el desahogo de mis humanas pasiones, se resguardaba de mi violento instinto tras una fachada de falsa seguridad. Su miedo quería salir, aunque su orgullo o su débil inocencia quisieran impedirlo. Su garganta se movió ante mis ojos a la lenta velocidad de una presa que espera ser cazada. Ya era difícil para él tragar su propia saliva.

"¿Qué... ? ¿Qué quieres decir con que elegí mal?", temblaba con su cuerpo su voz, un susurro apenas audible.

Mis labios rieron, perfilando la sonrisa que quería arrancar la fuerza de su cuerpo.

"Ellery", bailó su nombre sobre mi lengua, como en una canción, saboreando cada sonido. Entonces eran mis ojos quienes sonreían; podía verlos reflejados en los suyos, como brillantes monedas de plata esperando estallar. "Nunca fui tu...".

Mi teléfono interrumpió, relajando con su estridente melodía una tensión que crecía en mis facciones. Era el izquierdo.

"Tu madre", balbuceó, "supongo".

Lo era, y por ello lo dejé sonar. Nada que pudiese decirme podría importarme entonces, pues mis manos querían rodear su cuello y presionarlo lo suficiente para ver salir ese miedo a través de sus ojos, traerlo tan cerca de este oscuro mundo que tuviese que cruzar la línea y no pudiese regresar a su seguridad jamás. El vibrante sonido interminable de mi móvil ayudó a hacer saltar esa última chispa.

Su espalda golpeó la pared, retumbó y lentamente volvió a su anterior posición. Estaba tenso, todo su cuerpo.

"Nunca fui tu juguete".

El hormigueo de su creciente pánico recorrió mis extremidades buscando una vía de escape. Su espalda volvió a golpear la pared a través de mis movimientos; más fuerte. Ya era palpable el miedo en su cuerpo, perfilando la seriedad de su rostro plagado de dudas. Buscaba una salida. Yo se la daría.

"Ja... Jansen... ¿Qué... te pasa?".

El éxtasis quería hacer explotar mi corazón. Sus temores me rozaban, me hablaban tan de cerca que podía sentirlos invadir lo que me quedaba de cordura. Era fuerte; siempre lo era la determinación de la bestia a la hora de salir, cuando chirriaban los engranajes, deslizándose sobre las ruedas esa única puerta de débiles barrotes que la contenía en mi interior.

Escuché rechinar mis dientes.

"¿Jansen...?".

Su voz suplicaba, pero ya no importaba. Mi puño se deshizo entre su piel, hundiéndose en sus tripas, arrastrando sangre que antes era su vida a través de su garganta, hacia el exterior. Sus ojos se llenaron de frías lágrimas cuando mi fuerza retrocedió. Sus rodillas se doblaron, sus brazos flaquearon y su rostro chocó contra el suelo. Entonces sí comenzó a alcanzar el oxígeno mis pulmones, al tiempo que los suyos lo perdían. Él tosía, jadeaba, y mi corazón se aceleraba. La bestia estaba demasiado hambrienta.

El chico apenas podía respirar cuando las primeras gotas de lluvia salpicaron su rostro, resbalando por su tersa superficie, perfilando la pálida tez al son de sus diminutas lágrimas, dejando atrás el amargo sabor del miedo en sus ojos. Esa fría humedad hizo sonreír a mis labios entreabiertos, viéndose deleitados por su refrescante dureza.

Mis rodillas tocaron el suelo al lado de su cuerpo. La ansiedad casi hacía temblar mis manos cuando mis dedos arañaron su cuero cabelludo, utilizando su corta melena para elevar su mirada hasta la mía. Estaba demasiado confuso para elegir una pregunta.

"Recordarás, Adler, que la primera vez te dije que habría una última. Lo que no te dije fue que esa última sería realmente...".

Mi teléfono volvió a sonar, pero era el derecho entonces, y tenía que contestar. Mi mandíbula se tensó y la débil articulación crujió.

"¿Mamá?".

"Suelta al crío", su voz sin acento me sorprendió por el extraño tono imperativo. Estaba vigilándome, desde tan cerca que casi podía sentir su aliento en mi nuca, controlando cada pequeña fibra de ese instinto que no había sabido domar. No soltaría el sedal hasta el día de mi muerte y tal certeza hacía hervir mi sangre.

"No es relevante", acoté, deseando encontrar esa salida de emergencia que había sido obligada a crear en mi mente.

"No es una presa. Tu bestia tendrá su cena esta noche".

Mi mandíbula dijo basta.

"Entendido".

Colgó y mis manos volvían a temblar, pero no hacía frío en mi piel. La frustración, la ansiedad, el infravalorado síndrome de abstinencia... Todo se revolvía en mis entrañas, luchando por hallar el camino de vuelta al encierro.

Bajando los párpados logré hacer desaparecer su mirada y aislé el calor de su cuerpo. Mi mano se abrió, liberando sus cabellos y abandonando su rostro a la fría piedra, donde una cuna de agua lo esperaba, donde una manta de fina lluvia lo acariciaba.

Podía sentir la sangre cubriendo mis manos aunque no estuviera allí, tomando el lugar de las transparentes gotas del cielo, siendo la furia que hacía temblar mi cuerpo.

"Nunca hemos hablado", dije, mi seriedad disconforme.

"¿Qué...?".

Desde el suelo, los brazos de Ellery flaqueaban en su intento por ponerse en pie. Pero no lo conseguiría, no hasta que mi naturaleza desapareciese del espacio que necesitaba para respirar.

"Ve a casa, recupérate y olvida que alguna vez me has visto. Y que te hagan un TAC. Podrías morir sin saberlo".

Sus ojos querían creer que los remordimientos hablaban a través de mi voz, mas solamente podía encontrarse en el fondo de mis palabras el compromiso que debía guardar con la estable sociedad de la superficie. Había sido utilizado y aplastado y su ego había sido dañado al mismo tiempo que sus entrañas, pero no haría de él un problema para mis órdenes.

"Jan... Jansen, espera", farfulló, y volvió a toser. La bestia quería seguir su voz, arrastrarse hasta él y lentamente devorar su cuerpo, pero otros ojos se habían clavado también en mi espalda. "¿Qué se supone...?".

"No necesitas esas preguntas", acoté, y mi voz casi gruñía. El lejano olor de su sangre, llegando hasta mis pies en hilos de agua dulce, hacía más difícil la interna lucha entre la lealtad y el hambre.

"¿De qué estás hablando? ¡Respóndeme! ¿Qué significa lo que acaba de pasar?". Gritaba, y su voz se agrietaba en imperativas formas prohibidas a su frágil consciencia. De nuevo tosía, y conseguía así perder otro minuto de vida.

Di un paso más hacia la puerta y mi bolsillo derecho comenzó a vibrar. No di otro.

"Adler", me volví hacia él, acortando lentamente la distancia que nos separaba entonces. Escribiría el final que mi verdugo quería narrarme, y lo haría de rodillas, como querría hacer el vulgar ser corriente que el mundo veía en mi superficie. "Esas preguntas que quieres hacer no tienen respuestas para ti. Aunque no puedas ver en la oscuridad, éso no quiere decir que se abra el vacío a tus pies. Siempre hay algo en los lugares donde tus ojos no pueden ver. Es algo que no entenderás hasta que no debas esconderte entre las sombras y mirar a través de ellas. Es algo que nunca vas a querer entender. Por éso debes olvidar que han existido momentos entre tú y esa oscuridad que ves ahora frente a ti. Por éso deja de hablar, retén tu aliento, conserva tu vida y guárdala sólo para ti".

Su mirada se hallaba colgada de mis ojos, perdida en algún lugar entre el infierno helado que hacía tiritar su cuerpo y la negra realidad que había vuelto visible ante él. En su lucha por retener su cuerpo erguido, temblaba su voz tratando de formular una palabra jamás audible para mis oídos, una palabra que se arrastró junto a su mano derecha, creando una conexión física que arrugó mi ropa mojada entre su débil puño. Fueron mis labios guiados hasta los suyos, abriendo un camino mil veces tomado.

El desesperado sabor de su sangre sacudió mi cuerpo, inventando en su insaciable locura un recorrido nunca antes proyectado. Jamás haría la gélida lluvia tan dulces los escalofríos. Mi bestia quería más. Mi verdugo nunca lo permitiría.

"Ellery", murmuré, rozando mi aliento sus labios, "vuelve a mí cuando desaparezca el vacío de tu oscuridad. Cuando sea más fuerte tu mente que tu cuerpo, búscame y rescata eso que crees haber perdido en mí".

No habló, ni yo lo hice antes de abandonar la azotea, dejando atrás aquello que realmente había arrancado de su indefensa alma. No importaba si yo lo perdía, pues jamás volverían a cruzarse nuestros caminos.

"Esperaré tu odio, estúpido", murmuré tras cerrar la puerta, olvidando la lluvia, haciendo desaparecer la tormenta, dejándola amainar. En mi creciente oscuridad la bestia se revolvía, incómoda, en guardia, deseando arrancar los barrotes y ser liberada, ansiosa por cazar y ser cazada. Como el temblor de mis manos pedía, aún con el sabor de su sangre en mi boca, solamente aguardando la señal.

Pronto estallaría una lluvia del color rojo de la sangre.


Continuará...



Redactando desde su titilante rincón,
- Shinju J. J. (22/11/2010), yoroshiku onegai shimasu.

2 comentarios:

  1. He leído la última entrada de tu otro blog. Yo también me atasco a veces o dejo descuidado todo esto -.- Pero bueno, tú tómate tu tiempo y relájate, que las cosas acabarán saliendo solas(:
    ¡Mucho ánimo!

    Un besito :*

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  2. ahahaha es una seeeegpiente de ojos rojos! ^^
    por experiencias personales sé que es jodidillo escribir en primera persona, hay que tener muchisimas cosas en cuenta y es muy fácil equivocarse! y adivinas quien no falla en ese aspecto? YO! que no que es bromaaaaaa que eres tu... xDD
    PD: es posible que ese detalle ya le haya dicho antes pero no lo recuerdo asi que... se sientee xD

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