Lo que viste a través de mi ventana


Lo que viste a través de mi ventana






Constantine estaba frente a la puerta y se decía que no recordaba cómo había llegado hasta allí, aunque en realidad lo único que no entendía era por qué había decidido ir.


- Hace demasiado calor en agosto.

No tenía ningún lugar al que ir y no porque no recordara el camino hacia su casa. Desde que era una niña no había existido un lugar al que volver para ella. La puerta siempre estaba cerrada y, aunque nunca le había importado entrar por la ventana, incluso siendo una mocosa entendía que en ese lugar no debía haber espacio para una barrera. Los otros chicos del barrio las abrían y entraban, corrían a través de ellas y nunca eran cerradas hasta que sus sonrientes madres volvían suspirando para cortar el flujo de la corriente cálida de verano, o el frío en invierno, o las hojas secas arrastradas por el viento durante el otoño. Por suerte para ella, desde los ocho años conseguía caer en pie al saltar de la ventana; ya no hería sus rodillas con la dura alfombra vieja de su cuarto. Pero no quería estar triste cuando no estaba sola y por eso Clary nunca lloraba y sus ojos rojos ya no podían delatarla.

Constantine se llamaba Clary entonces, pero su padre no decía su nombre desde que había vestido su traje negro por última vez. Incluso Clary entendía que su madre no volvería, aunque nadie se lo hubiese explicado. Pero no le gustaba hablar sobre ello. Matty se ponía realmente triste cuando alguien lo recordaba; la miraba y acariciaba sus cabellos intentando parecer fuerte, pero cualquiera podía ver lo rojas que se ponían sus mejillas cuando apretaba la mandíbula intentando contener las lágrimas. Matthew era su mejor amigo y siempre estaba a su lado. El día del funeral le cogía la mano como su propia madre cogía con ternura la del padre de Clary, porque así era como debía ser. La primera vez, y todas las siguientes veces que había acabado el día en el hospital, había estado allí mismo, diciendo tonterías para distraerla, pero moviendo, nervioso, sus pequeñas piernas, que colgaban por el borde de la silla junto a la cama. Clary podía verlo, igual que lo había escuchado gritar aquella vez que no conseguía salir del fondo del río, e igual que lo había escuchado llorar cuando creía que no abriría los ojos. Pero no habían hablado jamás sobre ello.

Matt fingía que no le importaba el hecho de que su mejor amiga bebiera alcohol desde los doce años, cuando el resto de niños todavía jugaban a fútbol e intercambiaban risas al otro
lado del muro del que el desgastado aspecto de Clary le retenía. No le divertía verla romper su entera vida en pequeños trozos, ni le resultaba agradable escucharla maldecir con palabras que se suponía que todavía no debería haber aprendido. Mientras ella parecía fuerte e iba destruyéndose lentamente desde el interior, Matt ganaba fortaleza llorando junto a su frío cuerpo, incapaz de retener a la pequeña chiquilla cerca de la joven que prefería las drogas a admitir que necesitaba más ayuda que la de su único amigo. Siempre juraba que no necesitaría a nadie más. Besaba sus labios como los adultos hacían y le pedía silencio abriendo otra lata de cerveza, mientras caminaba con una botella de vodka en la mano hacia el coma etílico con el que se encontró de frente a los catorce años. Tras una larga hospitalización, Matt recordaba haber podido verla tres semanas después en el instituto, con el labio partido, el pómulo derecho hinchado y roto y un dolor visible en su rostro a cada paso. Pero no habían hablado sobre ello. Clare respondía con evasivas o bromeaba y jugaba con las puras intenciones de su amigo, deformando la realidad a su antojo para transformarla en una mentira piadosa que rezaba por evitar las lágrimas de Matt; de su Matty.

Pero nunca hablaban sobre ello.

Clare fingía olvidar cada vez que arrastraba a su amigo al sucio cuarto de baño del antro donde había decidido degradarse esa noche, fingía olvidar como sus manos lo sostenían contra la pared, como sus labios violentamente presionaban los suyos y como su lengua violaba la suya, recorriendo cada rincón y dejando su huella en él. Porque los otros ojos que le miraban jamás llegarían a tocarle, porque sin darse cuenta había aislado a su dulce Matty del resto del mundo, lo había metido en un bote de cristal y se dedicaba a mirarlo sobre su mesilla de noche, a través de las transparentes barreras que había impuesto a su alrededor. Porque creía que si soltaba la soga jamás volvería a ella. Demasiadas veces había estado en la cuerda floja, y tantas la había tensado tentando su suerte, tratando de hacer caer a su único pilar, estúpidamente jugando con sentimientos que arraigaban muy adentro y que nunca llegaban a irse. Tantas veces había visto la cada vez más dura espalda de Matt, y demasiadas lo había obligado a regresar siendo injusta y tramposa.

Pero nunca habían hablado sobre ello, porque no hablaban sobre nada que asustara lo más mínimo la seguridad de Clare, porque ella fingía no escuchar, o desaparecía, o seguía bebiendo y olvidaba de qué estaban hablando. Pero Constantine estaba frente a esa puerta y su puño ya había golpeado la madera, y no podría escapar por siempre si quería entender qué debía hacer con su alma. Cuando había sido una niña adoraba escuchar los ligeros pasos de Matty cuando corría a abrirle la puerta, pero entonces querían temblar sus piernas mientras escuchaba pasos acercarse hacia ella. Siempre había amado la sonrisa que cubría su rostro cuando el muro de madera desaparecía de su camino, pero, en aquel instante, la expresión fría de Matt mientras sus labios formaban su nombre sin emitir ningún sonido real, la desmoronó, y su voz se descompuso en vibraciones que parecían una broma pesada a la Clary del pasado.

- Matters... Tenemos que hablar.




"And,
if it's the end of the fucking earth,
I wanna fall with you".








Redactando desde su servil rincón,
- Shinju J. J. (14/01/2011), yoroshiku onegai shimasu.

7 comentarios:

  1. "tenemos que hablar" una de las frases que más miedo dan del mundo xDD un personaje curioso y realista el de la joven, está bien descrito, si acaso los parrafos son un poco densos, pero molaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa ^^!!! =)
    me gusta el blog, me gusta la foto principal...
    :D! encantado de leerte =)

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  2. Muchas, muchas, muchas gracias, Marco!!!! ^^
    Aunque tengo demasiados personajes, Constantine es uno de los que más me gustan (aunque seguro que mañana digo lo mismo de otro de ellos, xD). Su historia es dura y realista, como dijiste, pero tal vez eso la haga más interesante. :)
    Aunque su dosis de fantasía no le falta, aunque en este relato la haya pasado por alto. ^^
    Encantada de que me leas, y de leerte, por supuesto, también. =)

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  3. alaaaa!! Tú tb contestas los comentarios! jajajaja!! es que hay gente que simplemente los ve y no dice nada xDD
    Claro que lo hace más interesante! Si fuera un pijo ricachón que tiene todo lo que quiere no tendría la misma chispa xD =)
    Sii!! Me gusta la fantasía! Algunas pinceladas que rompan el mundo en el que vivimos son geniales :D
    :D

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  4. No solía contestarlos mucho porque solía comentar casi siempre una amiga que conozco en carne y hueso (jajaja) y ya solíamos hablarlo en persona. xD Pero me gusta contestarlos, aunque antes lo hacía de un blog a otro. jajaja Pero era un lío.
    Yo creo que el hecho de que no sea un camino de rosas hace sus vidas más realistas, y es más fácil llegar a los personajes. ^^
    Yo de fantasía (lo que se dice ahora urban fantasy, creo) tengo una de las historias pricipales del blog, que se quedó un poco atascadilla. jejeje "En las sombras" se llama. Cuando quieras, están las primeras ocho partes en la pestaña que hay debajo del logo. ;)

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  5. Joooooooooooo!! A mi no me comenta nadie que conozca en persona -.-!! No me quieren xDD
    Claro! que sufran que sufran! =P Urban fantasy... mola ^^ aunque Ithan habita un mundo que no existe... fiuuuuuuuuuuuuuuuu
    Le echaré un vistazo, ya lo creo... el estilo del escritor se ve mejor en cosas más largas... ;)

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  6. Bueno, si te sirve de consuelo, a mí me comentaba, pero ya no. u_u Tanto lío de exámenes le quita tiempo para leer los blogs jeje Y sí, creo que tienes razón. En las historias largas se puede ver mejor, pero en mi caso, mis dos principales son tan distintas que parecen de dos personas diferentes. xD
    PD: Ithan mola mucho :)

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  7. Esa frase final es lo que le da al texto el toque ideal, es decir, me recuerda a la relación obsesiva de Effy y Freddie. Ver cómo la persona que quieres se distorsiona de esa manera... es duro, cruel y amargo. Pero siempre habrá una frase que lo dinamite todo "tenemos que hablar".

    En fin, perfecto, de mi estilo. =)

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